El BNG censura la «discriminación» a las familias monoparentales y reclama un permiso de maternidad de 32 semanas
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Dos recientes sentencias profundizan en el derecho de las progenitoras en solitario a disfrutar del permiso por nacimiento, acogimiento o adopción que correspondería al otro progenitor.
Desde hace años, la asociación de Madres Solteras por Elección (MSPE) combate y denuncia los agravios y perjuicios que padecen en diferentes ámbitos las familias monoparentales. Una lucha en la cual nos enorgullecemos de poder aportar nuestro grano de arena como cooperativa en calidad de asesores legales.
Uno de esos agravios comparativos que derivan de la condición absolutamente dominante de la biparentalidad como paradigma establecido y casi único, tiene que ver con el acceso y la extensión del permiso por nacimiento y en cómo el diseño de políticas que obvian la realidad monoparental repercute negativamente sobre el derecho de los menores recién nacidos, acogidos o adoptados a recibir toda la atención necesaria. La cuestión es fácil de entender, pero hasta ahora, al menos, bastante más difícil de resolver.
A partir del 1 de enero de 2021, el permiso por nacimiento, acogimiento o adopción se equiparó en duración entre hombres y mujeres, quedando establecido en 16 semanas para ambos. En caso de parto, la mujer debe disfrutar de descanso durante un mínimo de 6 semanas sin interrupciones y de forma inmediatamente posterior al momento del nacimiento. Este periodo de descanso obligado posterior al parto es también de 6 semanas para el progenitor que no ha alumbrado al recién nacido. El descanso obligado no tan solo se concibe como un periodo de cuidados en el estado inicial de la vida del bebé sino también, y fundamentalmente, como un tiempo de descanso y restablecimiento físico para la madre.