Nunca imaginé que fuera a ser una madre que llegara a una lactancia prolongada ni a una lactancia durante el embarazo ni a una lactancia en tándem… Es más, alguno de estos términos ni siquiera los conocía.
Yo tenía pensado dar el pecho a mi bebé durante sus primeros meses de vida. Sabía que era el mejor alimento para él y me marqué el objetivo de 4-6 meses de lactancia materna exclusiva.
Pero al empezar a informarme durante el embarazo sobre este tema ”empecé a ver la luz”. Me dí cuenta de que la teta era más que un alimento: era consuelo, era confort, era piel con piel, era una forma maravillosa de relación, una experiencia que podía ser muy beneficiosa para ambos.
Esta información me dio seguridad durante esos primeros días de vida de mi hijo, casi siempre estresantes, complicados, llenos de dudas.
No tenía pareja, así que estaba sola ante el peligro. Tenía que tomar yo las decisiones. No podía tener un cómplice que me ayudara, que sirviera de parapeto ante la avalancha habitual de visitas y los comentarios de mi madre sobre el hambre que debía tener el niño a juzgar por su llanto.
Los primeros meses fueron duros a nivel físico. El niño lloraba mucho, dormía poco, hacía muchas tetadas, muy largas. Sólo unos años después me he dado cuenta de que quizá con una mejor postura al mamar algunos de esos problemas hubieran mejorado. Pero nos mantuvimos fuertes frente a las adversidades y casi 4 años después Nicolás sigue tomando teta. Cuando se golpea: teta. Cuando se disgusta: teta. Cuando quiere dormir y no puede: teta. Si está enfermo: más teta. La lactancia es un regalo mutuo del que disfrutamos cada día.
Lo único que ha cambiado últimamente es que ahora es una regalo que nos hacemos…¡los TRES!
Leo ahora tiene 4 meses. Su hermano se lo ha puesto fácil y la lactancia en tándem está siendo mucho más fácil de lo que esperaba. A veces maman los dos a la vez y entonces me siento poderosa, feliz y conectada a generaciones y generaciones de mujeres que durante cientos de años han sentido lo mismo que yo.
Mariluz (Madrid)
MSPE de un niño de 4 años y un niño de 4 meses