Siempre tuve claro que quería ser madre. Siempre decía que a los 30 tendría un hij@, con o sin pareja. Y llegaron los 30. Y seguía sin pareja.

Terminé algunos proyectos que cuando fuera mamá no iba a poder hacer, como irme de voluntaria a Perú un mes, viajar y viajar por el mundo…. Y a los 33 años, llamé a una clínica de reproducción asistida para saber qué pasos tenía que seguir.

Entretanto conocí a mujeres como yo en un foro de Internet, y ellas me fueron acompañando, y nos fuimos apoyando unas a otras, y compartiendo nuestras experiencias, para unas fáciles y para otras un poco más difícil. Siempre digo que esto es una carrera de fondo y al final, siempre se llega a la meta.

Y….. llegó: Me quedé embarazada en la tercera inseminación de mi hija María.

Ha sido una de las decisiones mejores que he tomado en mi vida…y digo una de ellas, porque la mejor (sin yo saberlo entonces) estaba por venir….sí…me quedé con ganas de más embarazo…me quedé con ganas de revivir otra vez la experiencia…y sobre todo me entraron unas ganas descomunales de darle un hermanit@ a María…..y después de hacer muuuuuchos números, después de tener una conversación clave con dos amigas en la playa, en semana santa del 2009, decidí no demorar más la decisión, y el 25 de Julio del 2009 me llamaban para decirme que estaba embarazada y además me dio una beta muy alta con lo que ¡estaba bien agarradito!

Encima esta vez fue mucho más fácil, lo conseguí en la segunda inseminación…..y la casualidad quiso que mis hijas casi casi nacieran el mismo día….se llevan 3 años justos, Violeta nació 2 días después de que su hermana cumpliera los 3 años.

Por supuesto, esta segunda vez nadie lo entendía. Así como con la primera, casi que mi familia lo esperaba al igual que mis amigos porque llevaba toda la vida diciéndolo, para ésta tuve que “aguantar” comentarios bastante duros de todo el mundo, porque claro…”estaba loca”, «dónde iba yo sola con dos»….pero todo cambia cuando viene a este mundo.

Toda la gente ve que es fantástico que mi familia haya crecido y que mi hija tenga a su hermanita Violeta. Nunca sabes si vas a acertar, si te saldrá bien o mal, pero cuando las tormentas pasan, todo compensa, y las aguas vuelven a su ser.

Y si volviera a nacer lo volvería a hacer.

Es difícil, pero siempre he dicho que es cuestión de organización, y la verdad no me está resultando tan duro, al contrario, casi me emociono a diario de ver a mis niñas jugando,  la complicidad que ya tienen entre ellas. ¡¡Dentro de nada estarán tirándose las muñecas a la cabeza!! Son muy felices y la verdad es que me lo ponen muy fácil, pues son niñas muy tranquilas y fáciles de llevar.

Y así poco a poco, y pasito a pasito mi familia va creciendo y las princesitas se van convirtiendo en niñitas muy muy felices.

Pilar (Madrid)

MSPE de una niña de 3 años y una niña de 10 meses